sábado, 1 de diciembre de 2012

Favio, el detallista


[Review Aniceto (2008)]



Si pensamos por un segundo en una película atípica en el cine nacional o una joya cinematográfica argentina de los últimos tiempos, sin dudas a los que ya la vimos se nos vendrá a la mente Aniceto (2008) de Leonardo Favio.

Parece extraño que el creador de una obra maestra como esta ya no esté en este mundo, y más curioso resulta el hecho de que su última película sea una reversión de otro film suyo como es Éste es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más... (1966), la historia más personal y significativa para su vida, basada en el cuento El cenizo de su hermano Zuhair Jury y que decide volver a contarnos unos años antes de partir. 

Aniceto (Hernán Piquín) es un joven de clase baja que vive gracias a lo que gana en las riñas de gallos del pueblo, en las que participa Cenizo, su compañero fiel. Una noche Aniceto se topa con la Francisca en un pequeño arroyo y es allí donde ambos intuyen con la mirada que algo está por venir, sea bueno o malo. 

Favio decide retratar este momento con una danza que inicia y anticipa gran parte de la película, en una noche de gran luna llena artificial, plagada del ruido del agua cayendo y la próxima tormenta que acompaña de fondo al dúo bailador y que nos adelanta que probablemente será una relación difícil en contraposición a lo que estamos viendo: una pareja casi inocente, casi idílica. 

Cada momento será por demás significativo y estará representado a través del baile como herramienta o pieza artística que nunca se ha visto en la historia del cine nacional, al menos que yo recuerde. Aquí la admiración nos regodea pero algunos seguramente la considerarán algo tediosa. El estilo de Favio es de esta manera… se nos presenta despojado de prejuicios, algo desvergonzado y directo al grano, como diciéndonos “esta es mi película, a quien no le guste ahí tiene la puerta”. 

Si bien está claramente ambientada en una época no actual -plasmado en el vestuario y los peinados (Piquín está caracterizado idéntico a Carlos Gardel desde el pelo hasta la punta de los pies)-, la película tiene un tinte moderno. Y aunque la historia resulta bastante simple, sin esfuerzos por recurrir a lo enredado para atraer, el film logra cautivar a través de las expresiones musicales y, como ya dijimos, del arte que Favio impregna con estilo propio. 

Por más simple que sea la trama, el director no deja de lado los detalles. Sin duda las performances son sobresalientes (las otras dos protagonistas, Natalia Pelayo y Alejandra Baldoni, son bailarinas profesionales) y la artificialidad de las escenografías nos sumerge en una puesta teatral inigualable. Por su parte, el doblaje que se realizó sobre la voz real de Piquín debe haber llevado un buen tiempo y los agregados de color hechos digitalmente convierten cada escena en un digno cuadro de artista. Además, las maquetas del pueblo hacen viajar al espectador hacia un verdadero set de filmación.

Aniceto es una obra para admirar con detenimiento desde lo estético, lo poético y lo artístico. Un triángulo amoroso que se hace carne por medio de la danza que lleva a tres bailarines a convertirse en actores aptos, lo que denota a las claras un excelente trabajo en la dirección de actores. 

Destacables la banda sonora a cargo de Iván Wyszogrod y la fotografía de Alejandro Giuliani. Una película que se resignificará con el correr de los años y luego de la muerte de su creador. Un film con el que Favio quizá se haya querido despedir de este mundo.  



Ficha técnica:

Dirección: Leonardo Favio
Guión: Leonardo Favio, Zuhair Jury
Género: Musical
Origen: Argentina
Duración: 83 minutos
Clasificación: AM13
Distribuidora: Primer Plano
Reparto: Hernán Piquín, Natalia Pelayo, Alejandra Baldoni
Web: http://www.anicetodefavio.com.ar/

2 comentarios:

Sandra Furelos dijo...

Que hermosa tu crítica y el recuerdo de Favio

Felicitaciones!!!

Anxie dijo...

Muchas gracias por leerla, Sandra. Aprecio mucho tu opinión y la de Sergio. Muchas gracias por pasar por mi blog.


Saludos!