jueves, 27 de septiembre de 2012

La venganza será terrible*

[Crítica de Resident Evil 5: La venganza (Resident Evil: Retribution, 2012)]


Con Resident Evil 5: La venganza (Resident Evil: Retribution, 2012) no se puede esperar algo muy distinto a lo que se venía viendo en las anteriores entregas, algo que el fanático de la saga seguramente sabe de antemano. Pero esta quinta parte, escrita y dirigida una vez más por Paul W. S. Anderson, dobla la apuesta, muta hacia otros subgéneros y no necesita seguir siendo fiel al video juego para valerse por sí misma y convertirse en una de las mejores películas de acción y, si se quiere, de zombies, después de las de George A. Romero.

Alice (Milla Jovovich) vuelve a despertar en uno de los centros clandestinos de Umbrella y la historia comienza exactamente donde culminó la película anterior. Un ralenti hacia atrás y la protagonista nuevamente relata lo ocurrido en el laboratorio de la compañía mediante el clásico “My name es Alice…”. Ella tendrá que enfrentar otra vez a quien desea aniquilarla y deberá luchar y tratar de escapar pasando por Washington, Nueva York, Moscú y Tokio como nuevos destinos. 

Repasando un poco la historia y el proceso, Resident Evil encierra una mística especial. Comenzó siendo un exitoso video juego de zombies que no daba miedo, sino una gran satisfacción por matar personas que ya estaban muertas. Con la película apareció el personaje de Alice (y se conservaron otros originales) y apareció además una clara crítica a la sociedad contemporánea y, para muchos, una discusión aun vigente en torno a las atrocidades que llevan a cabo algunas de las grandes corporaciones mundiales. 

La clonación, las mutaciones y los experimentos con el cuerpo estaban a la orden del día y el primer film que contenía el suspenso y el terror justos pasó a convertirse en toda una saga de pura acción, efectos especiales y algo de gore. Para muchos, Resident Evil no es lo que solía ser y ha perdido su esencia y seguramente los fanáticos del video juego estén indignados con las últimas entregas, pero hay que rescatar el trabajo de Anderson de crear cosas nuevas, de darle cada vez más vida a la historia, de la evolución de los personajes y de cómo los construye y reconstruye, haciéndolos aparecer cada vez que puede: la antigua amiga de Alice, Jill Valentine (Sienna Guillory), la teniente Rain Ocampo (Michelle Rodriguez) y el recordado Carlos, interpretado por un respetable Oded Fehr

Anderson, especialista en la ciencia ficción y en recrear historias de video juegos, se arriesga no ya a seguir hablando sobre el famoso y mortífero Virus T que hace dos películas se “comía” a poblaciones enteras, sino que encara al espectador desde el impacto en la primera escena con un increíble plano secuencia hasta el final con una extraordinaria y reveladora panorámica.

Si las cuatro entregas anteriores daban un respiro o un halo de esperanza, aquí ocurre todo lo contrario para dar un giro conceptual muy importante. Este quinto film es el más catastrófico y el menos optimista de todos. El terrorífico futuro que plantea, el devastador mundo que construye y la reivindicación del épico final de Resident Evil: La resurrección (Resident Evil: Afterlife, 2010) parecen ser las antípodas del planteo de una guerra. 

Con varias sorpresas y vuelcos inesperados, Resident Evil 5: La venganza es ideal para disfrutarse en la pantalla grande y en 3D y siempre fiel a su premisa: una audaz mezcla de apocalipsis, chicas sexys, zombies y una muy buena banda sonora en una trama excelentemente contada en cada entrega, que sigue dejando finales abiertos.


4/5    
SI


Ficha técnica:

Título Original: Resident Evil: Retribution
Dirección: Paul W.S. Anderson
Guión: Paul W.S. Anderson
Género: Acción, Ciencia Ficción, Terror
Origen: Alemania, Estados Unidos
Duración: 97 minutos
Clasificación: AM 16
Distribuidora: SONY PICTURES
Reparto: Milla Jovovich, Sienna Guillory, Michelle Rodriguez, Ali Larter, Kevin Durand, Meagan Good, Oded Fehr, Bingbing Li


*Crítica escrita para EscribiendoCine

martes, 25 de septiembre de 2012

Caballito de batalla

[Review de Caballo de guerra, (War horse, 2011)]

Por Juan Pablo Pugliese


A principios de este año se estrenaron películas que homenajearon a grandes clásicos y realizadores del siglo pasado. Fue el caso de Martin Scorsese con La invención de Hugo Cabret (Hugo, 2011) y el francés  Michel Hazanavicius con El artista (The artista, 2011). Pero Steven Spielberg no quiso quedarse afuera y deslumbró con su visión de la Primera Guerra Mundial en Caballo de guerra.

Es en esta cinta que Spielberg supo combinar su lado bélico, de Rescatando al soldado Ryan (1998) y La lista de Schindler (1993), con su costado inocente e infantil que relució en E.T (1982). Y como si esto fuera poco, pueden notarse también reminiscencias de Más corazón que odio (1956) de John Ford

Corre el año 1914 y Europa se encuentra en los albores de la Primera Guerra Mundial. Los Narracott adquieren un caballo para trabajar la tierra y será el hijo quien entrene a Joey para arar el campo. La situación económica se torna insoportable y finalmente deberán vender el caballo al ejército inglés para hacer frente a sus deudas.

De ahí en más, Joey deberá atravesar el mismísimo infierno para reencontrase con su dueño. La belleza visual primero de los campos ingleses y luego el horror que refleja Spielberg en los campos de batalla lo colocan nuevamente como uno de los mejores realizadores contemporáneos.  

Sin embargo, a diferencia de Munich (2005) y la nombrada Rescatando al soldado Ryan, las muertes que van sucediendo a causa de la guerra no son mostradas en un primer plano. Tienen lugar fuera de cuadro y es ahí donde Spielberg se luce. El salto de los caballos sobre el alambre de púas sin sus jinetes o un molino que con sus hélices nos ocultan un fusilamiento son brillantes elecciones narrativas.

Además, el inmortal John Williams presta su música en la que por momentos transmite alegría para pasar a las escenas bélicas y reflejar el horror del campo de batalla. También merece ser destacado el uso de la fotografía que, a manos de Janusz Kaminsky, no pasa desapercibida y sobresalen tonos marrones que hacen del final un cierre épico.  

Y si bien el protagonista es Joey, el elenco compuesto por seres humanos está a la altura del proyecto. Jeremy Irvine compone al joven que entrena al caballo y que jamás baja los brazos ante las dificultades que se interponen en el camino. Emily Watson y Peter Mullan dan vida a sus padres y David Thewlis es Lyons, el dueño de la granja en donde trabaja la familia. 

Por otro lado, Tom Hiddleston (Loki, el hermano de Thor) y Benedict Cumberbatch (Sherlock de la serie de BBC) le prestan el cuerpo a dos militares ingleses que por desgracia aparecen muy poco tiempo en la cinta.  

Todos estos factores hacen de Caballo de guerra una película que confirma la teoría de que tipos como Steven Spielberg nacen cada cien años. El pulso para contar historias y llevar adelante la acción hace que los 140 minutos de duración pasen rápido y tengamos como resultado una película épica. Una de esas que no se ven todos los días. 


4/5
SI



Ficha técnica:

Título Original: War Horse
Dirección: Steven Spielberg
Guión: Lee Hall, Richard Curtis.
Estreno (Argentina): 16 de febrero de 2012.
Género: Drama
Origen: Estados Unidos
Duración: 145 minutos
Actores: Jeremy Irvine, Peter Mullan, Emily Watson. David Thewlis, Tom Hiddleston, Eddie Marsan, Celine Buckens, Benedict Cumberbatch, Patrick Kennedy.
Web: http://www.warhorsemovie.com/

miércoles, 19 de septiembre de 2012

My sweet George

[Review de George Harrison: Living in the material world (2011)]

Por Juan Pablo Pugliese


La filmografía de Martin Scorsese puede dividirse en dos partes que son claramente distinguibles. Por un lado, el realizador de ficción reconocido por cualquiera que se autoproclame espectador de cine, y por otro el documentalista que tal vez no sea una faceta muy conocida entre el público en general. 

El primer documental realizado por Scorsese fue El último vals (The Last Waltz, 1978) que retrata la última presentación de The Band en el Winterland de San Francisco en 1976. A las escenas grabadas en vivo, el director intercaló entrevistas y canciones grabadas en estudio. 

Más tarde haría sus aportes sobre el cine del pasado con títulos como El cine americano según Martin Scorsese (1995), El cine italiano según Martin Scorsese (1999) y A Letter to Elia (2010). Y también investigaría sobre sus raíces familiares y su ciudad natal en Italoamerican (1974) y Street Scenes (1970). 

En Public Speaking (2010) mostraría la visión que tiene del mundo la escritora Fran Lebowitz y que hizo de su bloqueo creativo su marca personal, producciones televisivas sobre expresiones musicales estadounidenses como The Blues (2003), documentar el concierto Shine a Light (2008) de los Rolling Stones y la historia de Robert Zimmerman desde sus orígenes en Minnesota hasta alcanzar la fama en 1966 ya conocido como Bob Dylan en No direction home (2005).

En George Harrison: Living in the material World, Scorsese contó con material que le fue cedido por la viuda del ex beatle y el resultado es un documental de tres horas y media de grabaciones caseras, entrevistas a Paul McCartney, Ringo Starr, Tom Petty, los integrantes de Monty Phiton, Terry Gilliam y Eric Idle, Yoko Ono, Olivia Harrison y su hijo Dhany

El documental está dividido en dos partes. La primera de una hora y media repasa su infancia en Liverpool, su amistad con Paul Mccartney, el encuentro con John Lennon y el posterior éxito alcanzado con los Beatles. 

La segunda parte de casi dos horas contará su acercamiento a la cultura hindú, su alejamiento de la mítica banda de Liverpool, sus discos solistas, su aporte en el cine y el atentado que sufrió en su casa, entre otras cosas. 

Scorsese logra plasmar la vida de un tipo que a los 22 años tenía todo lo que un ser humano puede anhelar a nivel material pero que en el plano espiritual no alcanzaba una satisfacción plena. Será en sus viajes a la India con los otros Beatles y luego en solitario que se acercará a una cultura que se verá reflejada en toda su obra. 

Además de las entrevistas a los otros dos integrantes de los Beatles, su viuda y su hijo, uno de los puntos más interesantes del documental tiene lugar con el recuerdo de sus amigos de los Travelling Willburys, los productores George Martin y Phil Spector, y Eric Clapton que llevará adelante el relato, junto a la ex esposa de Harrison, Patty Boyd, sobre el triángulo que casi termina con su amistad. 

Living in the material World fue estrenado en el 2011 al cumplirse diez años de la muerte de Harrison como consecuencia de un cáncer de pulmón. Uno de los momentos más emotivos es el que logra Scorsese cuando Ringo Starr cuenta la última vez que vio con vida a Harrison. 

De todos los testimonios conseguidos se desvela esa doble personalidad que tenía aquel tipo que por momentos parecía tímido y callado en su faceta pública pero puertas adentro había un ser interesante y contradictorio que muchas veces se veía frustrado cuando sus aportes eran ignorados. 

En síntesis, Living in the material World se torna de visión obligatoria para aquellos fans de George Harrison y una buena excusa para los que no lo conocen y les gustaría presenciar la vida de uno de los mejores músicos del siglo XX.  



5/5
SI



Ficha técnica:

Título Original: George Harrison: Living in the material world
Dirección: Martin Scorsese
Estreno (Argentina): 5 y 6 de octubre de 2011 en HBO. 
Género: Documental 
Origen: Estados Unidos
Duración: 208 minutos
Intervenciones: Eric Clapton, Terry Gilliam, George Martin, Olivia Harrison, Paul McCartney, Phil Spector, Ringo Starr, Yoko Ono. 

martes, 18 de septiembre de 2012

Un oso fastidioso

[Crítica de Ted (2012)]


Afortunadamente en el cine de estos días, en el cual todo lo que vemos parece hecho por el mismo director y con la misma mirada (más en el caso del género de terror y las comedias), todavía existen algunos pocos locos lindos que juegan a darnos un poco más.

En lo que respecta al humor, y refiriéndonos a los estrenos en cartel, no puede dejar de mencionarse a Seth MacFarlane, el creador no sólo de la exitosa serie norteamericana Padre de familia (Family guy), entre otras, sino también de Ted, la comedia que gusta incluso antes de verse, sin mencionar que existió mucha movida mediática casi un año antes de su estreno, para ir “calentando” al público sobre lo que vería, y más precisamente aclarándole que no se trata de una película infantil por el sólo hecho de contar con un osito entre sus protagonistas. 

Ted es la historia de John Bennett (Mark Wahlberg) y su querido oso de peluche, su mejor amigo. Todo comienza en su infancia cuando, al recibir el  muñeco como regalo de Navidad, el niño pide un deseo: que su compañero cobre vida para compartir todo juntos. El anhelo que cualquier nene sin amigos ni mascota puede tener.

Y así fue. La historia de John y su oso Ted llega ante nuestros ojos con una mezcla de humor y ternura (sólo en algunas ocasiones), y con el relato en off del mismísimo MacFarlane

Director, guionista y voz, Seth logra transportarnos a una historia diferente a otras, a un humor muy particular, que vino a romper con los cánones normales y que, por supuesto, en otra época no estaría permitido. Un humor creado y necesario justamente para las mentes más abiertas sumidas en una sociedad claramente intolerante y muchas veces xenófoba. 

MacFarlane no deja nada librado al azar y se anima a jugar con temas como el sexo, los gays, los blancos y los negros, los yanquis y los mexicanos, las prostitutas, las obscenidades y las provocaciones constantes, y con todo deja bien en claro (sin recurrir a la típica fórmula de buenos y malos) que eso existe y que no hay que mirar para otro lado.

Por todo esto es que seguramente estemos frente a una sala colmada de público joven y preparado para ver Ted o quizá también muy acostumbrado a deleitarse con sus series. Otro tipo de espectador no resistiría ni dos minutos de esta película. Lo que sí, hay que reconocer que se disfruta de Ted desde la risa, la realidad y la identificación. 

Por su parte, Mila Kunis interpreta a la novia de John que ya está un poco cansada de que su pareja siga siendo un niño por dentro y también fastidiada de las intromisiones indecentes constantes y desubicadas de Ted en su vida. 

La dupla de Wahlberg y el oso es fresca, atractiva, graciosa y enérgica, lo que no deja espacio para el aburrimiento y se presta a que nos encariñemos después de todo con Ted. 

Así MacFarlane se convierte en dueño de un humor y un estilo que no se encuentra en otras películas, muy lejos de ser sano pero muy lúcido y coherente con los tiempos que corren. 

Una comedia como pocas, brillante e inteligente, que no trata de imitar a ninguna otra y que no cae en los clichés ni las redundancias. Recomendable para personas abiertas y tolerantes, que disfruten del humor provocador. Los demás… abstenerse.


4/5
SI


Ficha técnica:

 Dirección: Seth MacFarlane
Guión: Seth MacFarlane, Alec Sulkin, Wellesley Wild
Género: Comedia
Origen: Estados Unidos
Duración: 106 minutos
Distribuidora: UIP
Reparto: Mark Wahlberg, Mila Kunis, Seth MacFarlane, Giovanni Ribisi, Patrick Warburton, Laura Vandervoort, Jessica Stroup, Joel McHale, Melissa Ordway, Aedin Mincks

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El regreso del terror clásico

[Review de La dama de negro (The woman in black, 2012)]

Por Juan Pablo Pugliese


El cine de terror está estancado hace algún tiempo. Con remakes estadounidenses de producciones de Japón o bien con películas en las que la cámara en mano se presentaba como una condición indispensable para generar un sobresalto en los espectadores, el género parecía atrapado en un lugar -común- sin salida.

Por suerte la mítica productora británica Hammer resucitó de entre los muertos y se despachó con La dama de negro, basada en la novela homónima que Susan Hill publicó en 1983. El libro recién había logrado el éxito dos años después de estar en la calle, cuando se adaptó para una obra teatral. Finalmente en 1989 llegaría la película para la pantalla chica.

Pasaron más de dos décadas para que a Daniel Radcliffe le toque el turno de ponerse el traje de Arthur Kipps, un jóven y viudo abogado, que debe dejar a su hijo de 4 años al cuidado de su niñera en Londres y trasladarse a la localidad de Crythin Gifford para gestionar la venta de una mansión que dejó una anciana que pasó a mejor vida. 

Allí deberá buscar algo que le fue encargado o perderá su trabajo. Bajo la atenta mirada de los pobladores tratará de llevar adelante su cometido pero unos extraños acontecimientos lo desviarán de su labor de abogado para adentrarse en el campo de lo sobrenatural.

La dama de negro es la primera película que protagoniza Daniel Radcliffe luego de la saga de Harry Potter y contó con el apoyo de una productora que de terror sabe demasiado y con su compatriota James Watkins, cuya labor en Eden Lake (2008) demostró que es un gran creador de suspenso y de tensión. 

Acompaña a Radcliffe el irlandés Cirán Hinds en el papel del ricachón del pueblo. Este personaje es el único que comprenderá la búsqueda del protagonista y lo ayudará a llegar al final de su travesía. 

El ex mago sale airoso y es creíble en su rol de abogado y padre. Pero si la película termina de cerrar y asusta es por el trabajo de Watkins. En una época donde el terror fue suplantado por producciones en las que la sangre y la cámara en mano sobresalen, el joven director inyectó vida a un género que venía en declive y logra asustar al espectador como aquellas clásicas de la edad de oro de la Hammer


Ficha técnica:

Título Original: The woman in black
Dirección: James Watkins
Guión: Jane Goldman
Estreno (Argentina): 9 de Febrero de 2012.
Género: Suspenso, terror,
Origen: Reino Unido, Canadá, Suecia.
Duración:  95 minutos
Distribuidora: Ultracine
Reparto: Daniel Radcliffe, Ciaran Hinds. Sophie Stuckey, Roger Allam y Janet McTeer.
Web: http://www.womaninblack.com/

lunes, 10 de septiembre de 2012

Fallido retrato de una posesión

[Crítica de Posesión Satánica (The Possession, 2012)]

Hoy en día es muy difícil trabajar el tema de las posesiones y llevarlas al cine dando los resultados esperados. Por un lado – siempre sostenemos lo mismo- no se puede comparar el género en la década del ’30 al ’60 con el que vino luego. Parecería que estamos ante un abismo generacional, una ausencia de la sensación de miedo en el espectador o, peor aun, ante una total falta de originalidad para plantear historias, argumentos y posteriores guiones potables.

Lamento decir que este es el caso. Posesión Satánica (The Possession, 2012) de Ole Bornedal no convence ya desde el inicio. Las imágenes resultan raras para la retina y da la sensación de que en realidad estamos ante un drama familiar y amoroso, y así el terror se hace esperar. No por este motivo la película es mala, siempre es bueno que lo malvado tarde en llegar y genere el suspenso que se hace desear. Sostenemos lo anterior en el sentido en que el misterio nunca llega. Jamás un salto de la butaca, jamás un grito, jamás adrenalina, jamás esa atmósfera característica que tanto fascina a los fanáticos del terror.

Parecería ser que, además de tomar un tema que ya de por sí es difícil de tratar y lograr luego del éxito rotundo del clásico El exorcista (The exorsist, 1973), no se lo explota como debe ser o, mejor dicho, encontramos más de lo mismo.

Esto sumado a la pésima calidad de la imagen que se refleja en la escena donde aparece el espectro saliendo de la boca de una persona con un precario tratamiento digital. Un hecho que tendría que ser perturbador se convierte en cómico y fallido, pero claramente necesitaron recurrir a esto teniendo la intensión de “levantar” o reforzar un poco lo se que venía viendo, muy pobre por cierto.

Sumemos a esto una cuestión fundamental: en ninguna (o casi ninguna) película sobre exorcismos y posesiones aparece el espectro de forma física. Allí es donde el film pierde la poca fuerza que tenía, mostrándonos absolutamente todo, como regalando en bandeja una idea que salió de la galera y que se pensó que podría resultar, y además quitándole al espectador la posibilidad de imaginar más.

Este es un recurso muy bien utilizado en la serie de películas de Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007). Allí se construye el miedo desde los personajes y hacia quien los mira, como invitándolos a entrar, sentarse y mirar, a animarse a pasar una noche con ellos a ver qué ocurre. Es por esto justamente que, a pesar de ser un tópico elegido una y otra vez por productoras y directores varios, esas películas siguen atrayendo y causando efecto y hacen que la apuesta sea aun mejor y mucho más osada que la anterior.

Sólo algunas (pocas) cosas se destacan en Posesión Satánica: la fotografía en algunas escenas clave y el momento en el que se le detecta en la nena protagonista un ser extraño dentro de su cuerpo. Una imagen bien lograda.

A modo general, la película deja mucho que desear. Es aconsejable no perder el tiempo en ir a verla, por lo menos no en cine.


1/5
NE


Ficha técnica:

Título original: The Possession
Dirección: Ole Bornedal
Guión: Juliet Snowden, Stephen Susco, Stiles White
Estreno (Argentina): 30 Agosto 2012
Género: Terror
Origen: Estados Unidos
Duración: 92 minutos
Clasificación: AM16
Distribuidora: Diamond Films
Reparto: Jeffrey Dean Morgan, Madison Davenport, Kyra Sedgwick, Agam Darshi,
Grant Show, Quinn Lord, Natasha Calis, Rob LaBelle

Cargar con lo ajeno

[Crítica de El legado de Bourne (The Bourne Legacy, 2012)]

Muchos de nosotros pensábamos que esta película iba a dejar de lado completamente a Jason Bourne para darle lugar a una figura nueva que ya ha participado en varias producciones taquilleras de acción y que se puede decir, en el buen sentido de la cuestión, que merece hablarse sobre él como el nuevo Jean-Claude Van Damme de estos tiempos, sin menospreciar a Jason Statham, muy de moda también.

Jeremy Renner se convirtió en la nueva cara de la serie de películas de Bourne para desplazarlo y entrar en el juego que le dejó su predecesor. Pero además de estar a la altura de las circunstancias por su contextura física, su destreza y aspecto, el personaje de Renner enfrenta su pasado como soldado. Parece ser que el papel de joven militar le queda bien; lo vemos generalmente en películas bélicas o encarnando a algún soldadito de corta edad. En El legado de Bourne se ofrece una vuelta de tuerca y una apuesta más revolucionaria donde él se destaca por excelencia.

La base argumental es la misma. A pesar de no aparecer físicamente, Jason Bourne siempre está ahí, como un fantasma. Y si comparamos ésta con alguna otra película de acción que hizo furor, podemos decir que Renner reemplazó tan bien a Matt Damon como en su momento lo hizo Daniel Craig con Pierce Brosnan. Y como vemos constantemente, la moda del reemplazo sigue estando, aunque muchos seguidores del agente 007 renegaron del talentoso Craig.

El legendario agente encubierto de las tres películas anteriores ha escapado una vez más y sigue siendo buscado. Mientras tanto, Aaron Cross está en una misión en los Alpes y no se ha enterado de que pretenden terminar con el programa Outcome del Departamento de Defensa y erradicar a todos los agentes de una vez. ¿El objetivo?... Que no aparezca ningún otro Bourne para causar problemas. Aaron se mimetizará con Jason sin querer y allí es donde comienza su persecución con nuevos artilugios y efectos especiales.

El resto de la película se imagina muy fácilmente. Una mujer ayuda a Aaron a escapar (Rachel Weisz) y hay un agente inescrupuloso a cargo de borrarlo de la faz de la Tierra, un Edward Norton que se luce pero en un papel secundario.

Resumiendo… la película es más de lo mismo sólo que parece renovada debido a la incorporación de un nuevo Bourne, más y mejores efectos especiales, alguna sorpresita hacia el final y un gran despliegue de medios. Un nuevo personaje ha aparecido en lo que a tiros, roturas de vidrios y motos se refiere, que ha venido para quedarse.


4/5
SI



Ficha técnica:

Título original: The Bourne Legacy
País: USA 
Estreno en USA: 10/08/2012 
Estreno en España: 15/08/2012 
Productora: Universal Pictures 
Director: Tony Gilroy 
Guión: Tony Gilroy 
Reparto: Jeremy Renner, Rachel Weisz, Edward Norton, Albert Finney, Joan Allen, Scott Glenn, Stacy Keach, Oscar Isaac 
Calificación: AM 13

El largo camino de la vida*

[Crítica de La Cola (2012)]


Partiendo de una cuestión que siempre fue tan importante para la realización del ser humano como es el trabajo, Enrique Liporace y Ezequiel C. Inzaghi lograron filmar una película con muy buenas actuaciones que estimule al espectador a experimentar sentimientos y sensaciones variadas: desde la incomodidad por un par de escenas fuertes de sexo o el vocabulario soez presente adrede en gran parte de ella, hasta una emoción muy grande por la propia decadencia y la fe del personaje principal.

Félix Cayetano Gómez (Alejandro Awada) nació en plena peregrinación al santuario de San Cayetano; de ahí sus nombres y apellido: Félix por el momento de extrema felicidad que vivió su madre al nacer él, Cayetano por el santo del trabajo y Gómez en homenaje al sacerdote que ayudó a que naciera. Debido a este hecho, Félix es un hombre de fe que visita al santo cada año y le agradece por todo lo que no tiene: un trabajo estable, deudas interminables, una hija lejos y ninguna esposa a su lado.

Pero la gente de fe es así, dicen. Y Félix se caracteriza justamente por luchar contra viento y marea para cambiar su situación. De ahí que los directores hayan establecido ya desde el principio un paralelismo con las hormigas, el ser más trabajador de la Tierra.

Quizá el vocabulario al que recurren los realizadores resulte un poco exagerado para contar los hechos y algunas escenas fuertes seguramente le chocarán al espectador, pero está claro que Liporace e Inzaghi quisieron llevar la situación al extremo provocando también una toma de postura y que lo que se ve no pase por alto.

Alejandro Awada se pone a la altura de las circunstancias. Un hombre aparentemente confiado y conforme con que va a llegar a ser alguien en la vida haciendo filas por los demás, su actual medio de subsistencia, y sosteniendo siempre su visión existencialista hasta las últimas consecuencias: el problema no es ser el último en la cola, sino qué nos espera cuando dejemos de esperar.

Se destaca además la participación de Antonio Gasalla como sacerdote y amigo de Félix. Un personaje muy particular que aparece para dar algunas lecciones de vida y le aporta al relato, aunque muy al final, un respiro gracioso.

Una película que refleja una realidad que se vive, no sólo la difícil búsqueda de trabajo sino también una Argentina letárgica en donde hacer fila para todo es moneda corriente. Un film crítico con la sociedad pero con el foco también puesto en que la fe mueve montañas y la convicción debe ser más grande que cualquier cosa. Emotivo hacia el final y por momentos cómico, con buenas actuaciones, original argumento y un mensaje contundente.


3/5
SI


Ficha técnica:

Dirección: Enrique Liporace, Ezequiel C. Inzaghi
Guión: Enrique Liporace, Ezequiel C. Inzaghi
Estreno (Argentina):13 Septiembre 2012
Género: Drama
Origen: Argentina
Duración: 104 minutos
Clasificación: AM13
Distribuidora: 3C Films
Reparto: Alejandro Awada, Lucrecia Oviedo, Ana María Picchio, Antonio Gasalla, Enrique Liporace, Alberto Anchart, Aldo Barbero, Daniel Valenzuela, Nazareno Mottola, Sebastián Borrás, Gustavo Salgado, Mariana Melinc, Ricardo Tulak, Fernando Musante, Ezequiel C. Inzaghi


Nota al director Ezequiel Inzaghi

*Crítica escrita para EscribiendoCine

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Home sweet home

[(Review de La casa muda, 2010)]

Por Juan Pablo Pugliese


La cámara sigue a Laura (Florencia Colucci) cruzando una tranquera. Delante de ella se encuentra su padre, Wilson. En el fondo del plano vemos una casona de campo abandonada con las ventanas tapiadas. Segundos después llega Néstor, el dueño, que ha vendido la vieja construcción y ha contratado al padre de Laura para que la refaccione. Ellos pasarán la noche allí y se pondrán a trabajar a la mañana siguiente. 

Dispuestos a dormir, Laura comienza a escuchar ruidos que provienen de afuera de la casa y que se hacen más evidentes en el primer piso de la construcción. Su padre sube las escaleras y a partir de ahí comenzará la pesadilla para la joven que deberá enfrentarse a algo o alguien que no la dejará tranquila.

La novedad de La casa muda es que se trata de la primera película de terror latinoamericana filmada con una cámara fotográfica de alta definición y en un solo plano secuencia, sin cortes, de 78 minutos. 

Alfred Hitchcock fue el pionero en llevar a cabo este experimento técnico en La soga. Aquella película de 1948 fue filmada en una sola toma y el maestro del cine de suspenso realizaba un fundido imperceptible al ojo humano y volvía a la acción como si nunca hubiera cortado.

Basada en un hecho policial que ocurrió en Uruguay en la década del ’40, La casa muda aprovecha por completo el recurso de la cámara en mano que parece una condición necesaria para el cine de terror desde el Proyecto Blair Witch (1999) en adelante. 

Y si bien tiene ese punto de contacto con la película de la bruja de Blair, Rec (2007) y Cloverfield (2008), por citar algunas, aquí la cámara no es manejada por los protagonistas. Es testigo de la acción y transmite la angustia de Laura ante los hechos que suceden delante de sus ojos.

La actuación de Florencia Colucci es buena y la música de Hernán González acompaña el relato de manera excepcional. A veces en forma de acordes de piano o como una canción infantil que viene del primer piso y que tortura no sólo a la protagonista sino también a los espectadores.

La casa muda, que ya tiene su remake yanki (Silent house, 2011), debe ser contemplada como un ejercicio fílmico que es atractivo pero pierde un poco de su originalidad cuando es el momento de explicar la trama. Ese es su punto débil y, si quedaron dudas con los títulos finales, hay una segunda oportunidad luego de los créditos que dejan las mismas incertidumbres. 


Ficha técnica:

Dirección: Gustavo Hernández
Guión: Oscar Estévez
Estreno (Argentina): 27 de enero de 2011.
Género: Terror.
Origen: Uruguay.
Año: 2010
Duración: 74 minutos.
Reparto: Florencia Colucci, Gustavo Alonso, Abel Tripaldi
Distribuidora: Distribution Company.
Web: http://www.lacasamuda.com/

lunes, 3 de septiembre de 2012

Cuando el cine me encontró

¿No se preguntaron nunca qué significa el cine para ustedes y qué papel juega en su vida?. Yo me lo pregunté hace un largo tiempo y creo que lo descubrí.

Mi historia debe parecerse a muchas otras. El cine me encontró de muy chica cuando acompañaba a mis padres o abuelos a ver alguna película que fuera apta para menores, claro. Después seguramente me habrán llevado muchas veces a ver animaciones, las famosas clásicas de Disney, cuando todos los chicos estábamos locos por verlas y jugábamos a ver quién iba al cine primero. Un época muy divertida para cualquier niño.

De más grande me llevaba mi hermana pero yo estaba en una edad bastante particular. No me habían dejado de gustar los "dibujitos" pero empezaba a ver a géneros como terror y el suspenso con mucho cariño. Me empecé a interesar por esas historias escabrosas que alguna vez, en algún "pijama party" había alquilado en VHS alguna de mis compañeras. Esa fue la época dorada del cine de terror en mi vida.

Todavía no entendía qué era ficción y qué era realidad y eso era lo que me gustaba. Las criaturas que veía me daban miedo al punto de no dejarme dormir y luego venía el clásico reto de mi madre al pasarme a su cama por falta de sueño en esas noches en que mi cabecita pensaba únicamente en que me iban a secuestrar los extraterrestres.

Hablando de seres de otro planeta, confieso que de más chica me daba miedo E.T. Ahora me parece una criatura extremadamente tierna, pero para ese entonces le tenía terror. Con ese dedo luminoso, esos ojos enormes y luego de ver la escena de la pelotita de tenis en el jardín... creo que fue una imagen que me marcó de por vida. Ahora, obviamente, la recuerdo con una sonrisa.

Así me interesé cada vez más en el cine de terror. Aquel que era capaz de hacerme pegar un salto de la silla, aquel que siempre veíamos de noche y cuando llovía, ese que te helaba la sangre y propiciaba un abrazo miedoso con la persona que tenías al lado. Ahora, a mis 27 años lo disfruto de otra manera y hasta rezongo cuando veo siempre lo mismo en las pantallas grandes. Esa carencia de imaginación y originalidad es un misterio a develar para mi. Pero lo que sí se es que el cine de terror de ahora no se parece en nada al de antes, el cual dejaba librada la historia a la imaginación del espectador y jugaba a darle miedo con aquello que no podía ver.

Gracias a Dios vi demasiadas películas del género como para establecer una diferencia clara ahora y darme cuenta de qué es lo bueno y qué es lo malo, por lo menos a mi parecer. Después de todo esto, empecé a mirar películas de otros estilos, como quien dice, quise abrir más el abanico de posibilidades en mi cabeza. Sentía que no estaba completa del todo mi visión sobre el cine si no lo hacía. Comencé por ver films a la fuerza y la universidad se encargó muy bien de que lo hiciera. El ciudadano Kane de Orson Welles, El acorazado Potemkin de Eisenstein, El nacimiento de una Nación de Griffith; fueron títulos que recordaré toda mi vida, además de las miles de hojas que nos daban para estudiar acerca de la historia del cine.

Allí fue cuando me enamoré de él; de este séptimo arte, como le suelen decir. Empecé a interesarme por comprar libros, por conocer más en profundidad los directores y su visión de la vida, por ver películas del cine clásico que era inconsesible que no haya visto todavía. Y así me fui nutriendo de lo que me podía llegar a transmitir el celuloide, y ahora el DVD y el formato digital de los cines, muy de moda ahora; gracias a Dios experimenté el proceso y fui una especie de autodidacta.

Pero no hay nada como el sonido de un buen proyector cuando vas al cine. Hoy en día se digitalizará todo, pero la magia de pasar una cinta y reproducir una imagen fotograma por fotograma no tiene igual. "Esa luz que reflejaba imagenes en una tela", decía yo de chica... para mi era como estar viendo un cuento en movimiento.

Gracias a todas estas cosas, pude descubrir que el cine se convirtió en una pasión. Al ver que no me cansaba nunca de ver películas (sea cual fuera), que no me cansaba de hablar de ellas, que luego me inspiré para escribir y estudiar a los directores; luego de convertirme en una fanática de sacrificar ir a bailar a un boliche por quedarme viendo una película. Lo que para muchos seguramente resultaba aburrido, para mi era la gloria.

Para algunos puede ser un disparate y quizá lo sea, pero para mi el cine es un refugio, un lugar donde te encontrás con vos mismo, donde podés disfrutar de lo que ves por más que estés encerrado vos solo en un ambiente. El cine para mi es una invitación a la relajación, es un vínculo que se establece con el arte y la estética.

El cine te cobija cuando estás solo o aburrido, te saca de tu rutina y el tedío, te complace haciéndote reir y te ablanda haciéndote llorar; te invita a la reflexión, te ayuda muchas veces a sacarte el mal humor, te saca del pozo, te abraza y te da calor. Te incentiva para escribir, es una excusa para juntarte con amigos o para salir de tu casa. Te ayuda a vivir pensando en que nada es imposible e imaginando mundos que uno mismo construye.

El cine es el compañero ideal a cualquier hora y hasta te puede ayudar a dormir. El cine, para mi, es la inspiración más grande, un regocijo para el alma y la expresión artística y cultural más sublime de la Tierra. Por eso siempre digo... "Donde haya una película para ver, allí voy a estar".