lunes, 3 de septiembre de 2012

Cuando el cine me encontró

¿No se preguntaron nunca qué significa el cine para ustedes y qué papel juega en su vida?. Yo me lo pregunté hace un largo tiempo y creo que lo descubrí.

Mi historia debe parecerse a muchas otras. El cine me encontró de muy chica cuando acompañaba a mis padres o abuelos a ver alguna película que fuera apta para menores, claro. Después seguramente me habrán llevado muchas veces a ver animaciones, las famosas clásicas de Disney, cuando todos los chicos estábamos locos por verlas y jugábamos a ver quién iba al cine primero. Un época muy divertida para cualquier niño.

De más grande me llevaba mi hermana pero yo estaba en una edad bastante particular. No me habían dejado de gustar los "dibujitos" pero empezaba a ver a géneros como terror y el suspenso con mucho cariño. Me empecé a interesar por esas historias escabrosas que alguna vez, en algún "pijama party" había alquilado en VHS alguna de mis compañeras. Esa fue la época dorada del cine de terror en mi vida.

Todavía no entendía qué era ficción y qué era realidad y eso era lo que me gustaba. Las criaturas que veía me daban miedo al punto de no dejarme dormir y luego venía el clásico reto de mi madre al pasarme a su cama por falta de sueño en esas noches en que mi cabecita pensaba únicamente en que me iban a secuestrar los extraterrestres.

Hablando de seres de otro planeta, confieso que de más chica me daba miedo E.T. Ahora me parece una criatura extremadamente tierna, pero para ese entonces le tenía terror. Con ese dedo luminoso, esos ojos enormes y luego de ver la escena de la pelotita de tenis en el jardín... creo que fue una imagen que me marcó de por vida. Ahora, obviamente, la recuerdo con una sonrisa.

Así me interesé cada vez más en el cine de terror. Aquel que era capaz de hacerme pegar un salto de la silla, aquel que siempre veíamos de noche y cuando llovía, ese que te helaba la sangre y propiciaba un abrazo miedoso con la persona que tenías al lado. Ahora, a mis 27 años lo disfruto de otra manera y hasta rezongo cuando veo siempre lo mismo en las pantallas grandes. Esa carencia de imaginación y originalidad es un misterio a develar para mi. Pero lo que sí se es que el cine de terror de ahora no se parece en nada al de antes, el cual dejaba librada la historia a la imaginación del espectador y jugaba a darle miedo con aquello que no podía ver.

Gracias a Dios vi demasiadas películas del género como para establecer una diferencia clara ahora y darme cuenta de qué es lo bueno y qué es lo malo, por lo menos a mi parecer. Después de todo esto, empecé a mirar películas de otros estilos, como quien dice, quise abrir más el abanico de posibilidades en mi cabeza. Sentía que no estaba completa del todo mi visión sobre el cine si no lo hacía. Comencé por ver films a la fuerza y la universidad se encargó muy bien de que lo hiciera. El ciudadano Kane de Orson Welles, El acorazado Potemkin de Eisenstein, El nacimiento de una Nación de Griffith; fueron títulos que recordaré toda mi vida, además de las miles de hojas que nos daban para estudiar acerca de la historia del cine.

Allí fue cuando me enamoré de él; de este séptimo arte, como le suelen decir. Empecé a interesarme por comprar libros, por conocer más en profundidad los directores y su visión de la vida, por ver películas del cine clásico que era inconsesible que no haya visto todavía. Y así me fui nutriendo de lo que me podía llegar a transmitir el celuloide, y ahora el DVD y el formato digital de los cines, muy de moda ahora; gracias a Dios experimenté el proceso y fui una especie de autodidacta.

Pero no hay nada como el sonido de un buen proyector cuando vas al cine. Hoy en día se digitalizará todo, pero la magia de pasar una cinta y reproducir una imagen fotograma por fotograma no tiene igual. "Esa luz que reflejaba imagenes en una tela", decía yo de chica... para mi era como estar viendo un cuento en movimiento.

Gracias a todas estas cosas, pude descubrir que el cine se convirtió en una pasión. Al ver que no me cansaba nunca de ver películas (sea cual fuera), que no me cansaba de hablar de ellas, que luego me inspiré para escribir y estudiar a los directores; luego de convertirme en una fanática de sacrificar ir a bailar a un boliche por quedarme viendo una película. Lo que para muchos seguramente resultaba aburrido, para mi era la gloria.

Para algunos puede ser un disparate y quizá lo sea, pero para mi el cine es un refugio, un lugar donde te encontrás con vos mismo, donde podés disfrutar de lo que ves por más que estés encerrado vos solo en un ambiente. El cine para mi es una invitación a la relajación, es un vínculo que se establece con el arte y la estética.

El cine te cobija cuando estás solo o aburrido, te saca de tu rutina y el tedío, te complace haciéndote reir y te ablanda haciéndote llorar; te invita a la reflexión, te ayuda muchas veces a sacarte el mal humor, te saca del pozo, te abraza y te da calor. Te incentiva para escribir, es una excusa para juntarte con amigos o para salir de tu casa. Te ayuda a vivir pensando en que nada es imposible e imaginando mundos que uno mismo construye.

El cine es el compañero ideal a cualquier hora y hasta te puede ayudar a dormir. El cine, para mi, es la inspiración más grande, un regocijo para el alma y la expresión artística y cultural más sublime de la Tierra. Por eso siempre digo... "Donde haya una película para ver, allí voy a estar".

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