viernes, 25 de octubre de 2013

"La noche del demonio: Capítulo 2" y el Síndrome del Espectador Conchudo

*Artículo*


Por Anxie Brennan




Hace unas semanas fui a cubrir el estreno de La noche del demonio: Capítulo 2 (Insidious: Chapter 2, 2013) del director malayo James Wan, responsable de películas como El juego del miedo (2004) y El conjuro (2013), ésta última estrenada hace poco también.

Se puede decir que con esta cinta, Wan se consagra como un referente indiscutido del cine de terror relacionado con lo paranormal, como expresé en mi crítica en este blog; es decir, un subgénero que está pisando fuerte en estos últimos años. Recordemos otro hito en la temática: Actividad Paranormal (2007) del israelí Oren Peli, productor a su vez de esta película de Wan y de muchas otras del género.

Unos pocos elementos "nuevos" nos muestra este film, el argumento está bastante gastado, pero hay que reconocer que Wan es bueno en lo que hace.

El problema con esta película, como con muchas otras que se estrenaron en los últimos años, es que surge en un contexto en el que el espectador está muy descreído de todo y siempre busca ver más y mejor. Y eso no está mal. Hay que ser verdaderamente fanático de este subgénero para disfrutar de ver siempre las mismas cosas.

Pero ¿por qué le va bien a este tipo de películas?. ¿Por qué son cada vez más vistas?. El espectador, a mi gusto, también es un poco histérico. Reniega de ver siempre lo mismo, de que el cine de terror está careciendo de originalidad, etc. pero convengamos que sigue yendo a ver estas películas, se sigue asustando y sigue disfrutando de la función. Pero al salir de la sala dice una frase casi obligada: "fue malisíma, devuélvanme la plata". Ja!. Entonces, querido espectador, ¿para qué vas a verla?.

Quiero creer que nosotros como espectadores siempre tenemos una mínima idea de lo que vamos a ver. Se supone que consultamos la cartelera y no elegimos al azar (por lo menos yo). Se supone además que leemos la sinopsis, nos tomamos el tiempo de ver el trailer o algunos adelantos, leemos otras críticas. Creo que es el camino correcto hacia una buena elección de la película. 

Pero no... la gente (ya no me refiero a espectadores) ya no hace eso y se conforma con ir a verla y después quejarse. Claro, siempre una película da que hablar (mejor que así sea sino los críticos estaríamos desempleados).

A lo que voy es a lo siguiente: sostengo que el espectador (generalizando, por favor nadie se ofenda) es HISTÉRICO. Disfruta de este tipo de películas dentro de la sala, pero al salir se queja. Y esto no sólo ocurre con un género maltratado y a su vez bastardeado por realizadores mediocres, como es el terror, sino con otros.

Ya que no podemos influir en la realización ni la opinión de sus directores, por lo menos tratemos de cambiar un poco esta actitud. Por el bien del espectador... elijan bien. Hagan una selección de lo que están realmente dispuestos a ver y no tiren la plata si les parece que no les va a gustar. Terminemos con el Síndrome del Espectador Conchudo.

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