jueves, 9 de enero de 2014

Attenti al lupo

[Crítica de El lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street, 2013)]



Por Juan Pablo Pugliese



Luego de la declaración de amor al cine que fue La Invención de Hugo (Hugo, 20011), Scorsese regresa con El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street, 2013) a ese estilo único que lo coloca como uno de los mejores cineastas de todos los tiempos.

En Lecciones de cine de Laurent Tirard, Scorsese hace la distinción entre directores y cineastas. Mientras que los primeros sólo interpretan el guión y lo convierten en imágenes a partir de palabras, los cineastas adoptan el material de otro y le imprimen su visión personal. El cineasta rodará la película y dirigirá a los actores de una determinada manera que acabará por transformar el film para que forme parte del conjunto de obras con temas similares que constituyen su filmografía.

Toro Salvaje (Raging Bull, 1980), Buenos Muchachos (Goodfellas, 1990), Casino (1995), y El lobo de Wall Street forman un conjunto de películas que tienen un tema unificador: ascenso y posterior caída del protagonista. En El lobo..., Scorsese entrega su visión sobre Jordan Belfort, un corredor de bolsa que hizo millones de forma fraudulenta. Drogas, sexo, más drogas y descontrol eran parte de la rutina diaria de Belfort y sus socios.

El formidable guión, basado en el libro de Belfort, es de Terence Winter (escritor de varios capítulos de Los Soprano y creador de Boardwalk Empire: el imperio del contrabando). El lobo de Wall Steet es una montaña rusa: el espectador sale literalmente exhausto de la sala luego de tres horas en las que abundan escenas que parecen salidas de la vida de una estrella de rock.

Pero ese cansancio no es producto del aburrimiento ni mucho menos. El frenesí de Belfort (Leonardo DiCaprio) y su principal socio Donnie Azoff (Jonah Hill) en la escalada a la cima del comercio mundial agota en el buen sentido de la palabra. Uno termina cansado pero con la satisfacción de la tarea cumplida y con la certeza de que la experiencia cinematográfica fue completa.

El elenco es insuperable. Leonardo DiCaprio se termina de consolidar y su tendencia a sobreactuar es contenida por Scorsese, lo que hace de este su mejor papel hasta el momento. La escena de la sobredosis en la que el protagonista termina con una parálisis quedará en la historia del cine. Jonah Hill es un partenaire ideal. En Moneyball (2011) demostró que estaba a la altura de Brad Pitt y ahora prueba que no sólo es un actor de comedia.

Por otro lado, el director Rob Reiner interpreta al padre de Belfort y será el encargado de contenerlo a él y a sus socios. La bella Margot Robbie interpreta a la esposa de Belfort y deja en claro que no se trata solamente de una cara bonita. La pequeña participación de Matthew McConaughey es determinante en la historia y le abrirá el camino al personaje de DiCaprio para que se convierta en El lobo de Wall Street.

El reparto se completa con Kile Chandler en el papel del agente del FBI que acechará a Belfort y a todo su grupo. Además, Jon Bernthal, Jon Favreau y Jean Dujardin en papeles menores harán que cada pieza funcione correctamente. Scorsese reservó un papel hasta para el mismísimo Jordan Belfort hacia el final de la cinta como presentador en una conferencia a la que asiste el personaje de DiCaprio. Y la escritora Fran Lebowitz, que fue objeto de un documental de Scorsese,  hace una breve aparición como jueza.

En conclusión, El lobo de Wall Street trae al mejor Scorsese y los temas recurrentes en su filomografía: el deseo de pertenencia, el límite normal del universo entre los hombres comunes y los monstruos, y la traición.


4,5/5
SI



Ficha técnica:

País de origen: Estados Unidos
Año: 2013
Estreno en Argentina: 2 de enero de 2014
Dirección: Martin Scorsese
Guión: Terence Winter
Género: Policial, Drama, Comedia, Biográfica.
Distribuidora: Diamond Films

No hay comentarios: