Por Anxie Brennan
Con altos y bajos pero armoniosa al fin, y con excelentes recursos cinematográficos que la enriquecen minuto a minuto, La Grande Bellezza, del director italiano Paolo Sorrentino, es una obra maestra que sin duda merece ser recordada como tal dentro del cine europeo.
Con una impecable y cautivadora fotografía de la mano de Luca Bigazzi, La Grande Bellezza comienza vertiginosa, un poco confusa y bulliciosa para luego dar lugar a la hermosa y triste historia de base. Sorrentino ya nos venía acostumbrando a tremendas tramas existencialistas y un claro ejemplo de ello es la maravillosa Este es mi Lugar (This must be the place, 2011).
La superficialidad en la vida y en la profesión, el miedo a la muerte a la edad de 65 años, la consecuente lucha contra la vejez y el drama del desamor son los elementos que marcan la vida de este -ahora- periodista. La mayor parte de estos momentos son acompañados con música, por lo que la banda sonora es extensa y variada.
En ocasiones el film nos recuerda a las cintas del neoyorquino Woody Allen por sus tomas panorámicas y generales, bien turísticas, de la ciudad de Roma y sus principales atracciones, con tintes de videoclip al inicio.
En resumen, el film de Sorrentino propone un gran drama sobre la existencia humana y sus contratiempos con toques de humor y actuaciones notables, al principio con historias que parecen inconexas para luego deleitarnos con un final no sólo correcto sino estupendo. Una “gran belleza” del cine italiano.
4/5
SI
Ficha técnica:
Dirección: Paolo Sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino, Umberto Contarello
Género: Comedia, Drama
País de origen: Italia, Francia
Año: 2013
Duración: 142 minutos.
Producción: Francesca Cima y Nicola Giuliano.
Distribuidora: Zeta Films.
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